Tengo la certeza que nadie conoce este lugar. Entre arboles que aun gotean por el paso de la lluvia, que sin duda pronto volverá. La calle esta en mal estado, pero que importa, si soy el único que pasa por aquí quizás hasta en cien años. Cuando me encuentren se que me habrán dejado de buscar, solo seré el antiguo alimento de algún ave, o de los insectos. Se que nadie me encontrara. Estoy dispuesto a llegar al fin de este camino, que oscurece, en medio de bosques de inimaginable envergadura y belleza. Y comienzan las gotas nuevamente. Y acelero aun más. Las luces de mi auto crean pequeños arco iris con la lluvia. Me duelen los ojos cuando miro al espejo retrovisor, y me veo. El sur, el fin del mundo. Espero llegar a la punta de Chile, y hare saltar mi auto hasta la Antártida. Si no puedo, lo usare como submarino en el estrecho de Magallanes. Cantare con las ballenas. Eso podre hacer. Mi cuerpo jamás debe ser hallado. Arruine mi vida, debo ser útil y servir de alimento a los peces. Podría unirme a una causa humanitaria, pero me verán. Jamás debí golpearla. Estoy rojo. No de furia. Estoy rojo de vergüenza. Me da miedo cambiar. Espero tener el combustible suficiente para desaparecer. Ya van muchas horas. Me costo llegar a ella. La ame demasiado. Ahora me odia. Los celos. Le hare un regalo y dejare de existir. Ella debe olvidarme. Le hare un regalo y desapareceré. Y pereceré también. No quiero ser otro. Había que seguir una sola línea en la vida. No puedo cambiar. Viví con violencia y moriré en eso. No puedo cambiar. Estoy tremendamente jodido. Iba a ser padre. No debí maltratarla. Que mi hijo viva con la ilusión de un buen hombre, no de un hijo de puta. Lo abandonare y no le jodere la vida. ¿Eso es amor? ¿Dejar de joder al otro? En estos momentos si, eso es. No le puedo pedir perdón, arruine su rostro. Ahora quien sabe si podrá volver a mirar por su ojo derecho. Prefiero desaparecer. Pensaba ser un buen padre. Un buen marido. Aun queda algo de luz. El camino es solo tierra. Más bien pasto. Una playa abandonada. No hay arena sino tierra y pasto. El mar olvidado del sur. Ni donde comer ni donde dormir. Esto es lo mejor que pudo pasar. Me bañare eternamente. Cantare con las ballenas y dejare que me coman. Moriré castigándome. Hijo mío no te dejo nada, espero que no odies. Espero que puedas cambiar todo esto, yo, el indomable hombre que olía a alcohol, no puedo cambiar. No puedo domarme a mi mismo. Soy demasiado genial y violento para seguir viviendo. Las gotas parecen alfileres tirados por los arcos de los ángeles. Clavan y duelen mucho. Esto es lo que merezco. Adiós zapatos y calcetines. Pantalones y calzoncillos. Clávense agujas en mi cuerpo desnudo. Adiós chaleco café oscuro, que cargaba mi perfume. Adiós camisa. Entrego mi pecho descubierto a las nubes furiosas. Dime cuando correr. Háblame cielo iracundo. (Truenos y relámpagos). Oí tu voz desde halla arriba. Correré al mar. No congela. Esto quema. Encontré al infierno en el mar. Respiro a saltos. Hasta nunca.
jueves, 17 de marzo de 2011
Indomable
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