Gabriel no estaba en condiciones de responder a ningún estimulo. Se sentía un poco alejado, y eso de alcohol, y una que otra droga, a veces lo hacían perderse. Pero ya estaba pasando, se disipaban los efectos.
Su novia se había perdido entre la veintena de jóvenes vestidos de negro que deambulaban por la casa oscura, en medio de la música que ensordecía. Caminó por el pasillo, y al final encontró la puerta del baño entreabierta. Golpeó sin encontrar respuesta alguna, o quizás si, pero todo ese ruido no dejaba pasar señal desde adentro. Abrió y la encontró. Estaba arrodillada ante el inodoro. El afirmó su pelo mientras vomitaba. Estuvieron ahí más del tiempo necesario, él con su mano en la cabeza de ella, y esta agotada mirando a la nada. Helena puso su cabeza contra el hombro de Gabriel, este la abrazo tiernamente, acaricio su espalda, y le dijo que estuviera tranquila, pero no con palabras.
Salieron da la casa, que no sabían de quien era. Caminaban por la calle, entre las posas de agua que había dejado la lluvia, entre el frio romántico que le entregaba el invierno. Abrazados avanzaban, directo a la casa de Helena.
Sin palabras.
Se divertían pateando las pequeñas lagunas que invadían de vez en cuando al frio pavimento, o movían los arboles que se cruzaban en su camino, para revivir la lluvia que se perdieron.
Estaba la puerta de la casa frente a ellos, se miraron, se despidieron con un beso en la cara. Helena abrió un poco la puerta, pero miró atrás y atrapo a Gabriel por la espalda. No lo quería soltar. Repitieron la despedida, esta vez lo dejo ir.
Gabriel siguió el camino devuelta recién transitado, no es que viviera por ahí, muy por el contrario, sino que volvía al lugar donde continuaba la fiesta.
Entró un poco mas suelto, quizás mas aliviado. Se dirigió con seguridad a una mujer que le daba la espalda. La abrazó. Esta se dio vuelta y se besaron. Tomada de la cintura la llevo a una habitación donde no había nadie más que ellos.
MCR
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